Resumen
Eduardo Mendoza y la ciudad de Prodigia
Después de La verdad del caso Savolta, El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de los olivos, dos novelas cortas que, aunque grandes, habían alejado a Eduardo Mendoza de la complejidad y la grandeza narrativa que había suscitado tantas expectativas entre los críticos en los años 70, gracias a su obra anterior. Las expectativas, sin embargo, volvieron a nacer cuando se publicó La ciudad de los prodigios en 1986, una novela que provocó tantos o más elogios que su primera obra. Eduardo Mendoza propone el descubrimiento de una ciudad cuyo nombre es conocido por todos, y por ello crea un espacio mágico, lleno de extrañas maravillas, en el que invita al lector a entrar.
Magnolia de Paul Thomas Anderson ya es un clásico para mí, pero si me preguntan por otros títulos, tengo que pensarlo. Y no hace falta decir que Anna Karenina de Tolstoi ya es un clásico literario, como El guardián entre el centeno de Salinger o Lolita de Nabokov. Ahora añadiría A Difficult Woman de John Irving, The Day Marilyn Died… Y «La ciudad de los prodigios», de Eduardo Mendoza. Claudio Stassi adapta con maestría la famosa novela de Eduardo Mendoza del mismo nombre, La ciudad de los prodigios, al lenguaje de las viñetas en clave de Peaky Blinders.
La historia de Onofre Bouvila, un joven anarquista que fue un gángster en la ciudad industrial de Barcelona entre las dos exposiciones universales. Una trama que toca todas las claves del género y que, gracias a la obra de Claudio Stassi, consigue llevarnos a la Barcelona del inframundo, con lugares perfectamente reconocibles bajo la pátina de suciedad con la que se presenta toda la historia. Un thriller emocionante que invita a la lectura, con una trama que sólo necesitará unas pocas viñetas para engancharnos, y un protagonista tan oscuro como retorcido, que toma el nombre de Onofre Bouvilla. Claudio Stasi, nacido en Palermo en 1978, vive y trabaja en Barcelona. Ha sido publicado por numerosas editoriales italianas y extranjeras.
La relectura de una buena novela de vez en cuando trae sorpresas, matices que no se han captado antes y que ahora te disparan a quemarropa; secuencias que te han mantenido en la tregua y que cuando las recuperas todavía te dejan con el corazón en el puño. Cada vez menos novelas (como las películas) pueden soportar una segunda lectura. La literatura de larga distancia, que se ha conservado durante muchos años, décadas o siglos, esos libros que acaban siendo etiquetados como «clásicos», son cada vez más difíciles de encontrar. Sí, es cierto, están los clásicos que todos conocemos, los antiguos y los modernos, pero ¿cuántas de las novelas que se han publicado en los últimos treinta años serán clásicos en los próximos cien años? ¿O cuántas películas de la última década han alcanzado este estatus, como Ciudadano Kane en su época, con La muerte en los talones o El crepúsculo de los dioses?
La verdad es que el proceso de composición de la novela fue tan complicado que tuvo que aparcar su obra durante varios años para -incluso- cambiar de protagonista y cambiar a la primera persona que empezó a contar La Ciudad de las Maravillas a la tercera; en ese tiempo publicó El Misterio de la Cripta Embrujada y El Laberinto de los Olivos. La relectura es uno de esos placeres que a veces decepciona («¿cómo me pudo gustar esto?») pero también tiende a confirmar las sensaciones del pasado.
El hecho de que la novela se publicara en mayo de 1986, pocos meses antes de que la ciudad fuera elegida como sede de los Juegos Olímpicos de 1992, fue un impulso a posteriori para convertir el texto en un texto de referencia, una prueba definitiva de que se ha convertido en la mejor campaña de promoción de la ciudad. El hecho de que la novela se desarrolle entre dos eventos mundiales, como los Juegos Olímpicos de 1992, fue la prueba, se podría argumentar, de que era «la novela de Barcelona». Bueno, es fácil sacar los memoriales y reinterpretar el pasado de un espacio dado. Como es posible que en la crítica me deje llevar por mis preconceptos (el autor está vivo y cada uno de sus libros es un best-seller), busqué en Internet para averiguar por qué La ciudad de las maravillas es, supuestamente, un gran libro.
Es el autor de Por eso me llamo Giovanni, la biografía de Giovanni Falcone, el juez que desafió a la mafia; Banda Stern, con el escritor Luca Enoch, o Para toda la vida, con el escritor Jacky Goupil. A través de Eduardo Mendoza, vemos que Barcelona crece, sufre, brilla, madura y sufre o mira fijamente la evolución de la historia, como si fuera un personaje vivo en evolución. Para esta ocasión, hemos elegido una de las novelas más importantes del reciente Premio Cervantes y uno de los autores más exitosos de nuestro país, La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza. Y reconozco que sí, que es una novela para damas, aunque también debo decir que, personalmente, no me ha sorprendido hasta el punto de considerarla una obra maestra.
La Barcelona de Mendoza, una ciudad llena de acontecimientos sorprendentes, creciendo y expandiéndose entre las dos Exposiciones Universales de 1888 y 1929. No deja de ser una novela abiertamente postmoderna.
A menudo se dice como un cliché que La ciudad de los prodigios es una «novela barcelonesa». El autor no lo ve así, sino (ahí está la forma en que el lector se apropia de la novela y la hace suya) de una manera que es; pero no es una Barcelona tangible, real; no es la Barcelona que aparece en los libros de historia, la que hay que buscar cuando se busca información sobre unas décadas.
Aparte de lo que ya se ha explicado (extraordinaria descripción de la ciudad en la que tiene lugar), he leído que su mérito radica en mezclar la ficción con la historia, la ironía con el drama, la novela policíaca con la parodia. La verdad es que lo hace bien, y Mendoza saca una sonrisa en los momentos más dramáticos cuando no se ríe al presentarnos a Rasputín o a Primo de Rivera. Esta conversación, que tiene como punto de partida el título de la novela de Eduardo Mendoza incluida en la lista de las 100 mejores novelas en lengua española del siglo XX, pretende seguir la evolución cronológica de la ciudad desde 1888 hasta el presente. El autor del libro y Lluís Permanyer, el columnista más famoso de la Barcelona actual, compartirá con el público su visión del pasado, presente y futuro de Barcelona.
Ficha Técnica
Título: La ciudad de los prodigios
Autores: Eduardo Mendoza
Fecha: 27 sep 2020
Tamaño: 1.84MB
Idiomas: Español
Genero: Libros de Terror
Páginas:265
Formato: epub y pdf
Enlaces de Descarga:
Peso del libro: 600.57 KB
Descargar La ciudad de los prodigios – Eduardo Mendoza.epub
Peso del libro: 1.84 MB
Descargar La ciudad de los prodigios – Eduardo Mendoza.pdf