Las doradas manzanas del sol

Las doradas manzanas del sol

Resumen

Descargar Las doradas manzanas del sol de Ray Descargar Las doradas manzanas del sol de Ray Bradbury Bradbury En esta nueva serie de invenciones maravillosas, Ray Bradbury no sólo el poeta de la ciencia ficción, autor de varios clásicos de la historia del género.

Eso basurero-, todo espectacular vista del mundo y sus posibles futuros Bradbury espectáculos aquí su famoso potencia la historia de un peatón llevar -El individuo, el asesino expresó. Pero incluso en este volumen es el artista de extraordinario, el fantasma y hermoso, autor de parábolas chinas curiosos, en una historia policial, aparentemente, que gradualmente se convierte en una pesadilla inquietante, historias fantásticas de emocionados

y algunas de las historias revela un realismo poético y preciso que una vez más la claridad y la intensidad de su tipo. Uno de estos últimos, sol y sombra, en 1954 recibió el Premio Benjamin Franklin a los mejores cuentos americanos del año.

expediente

Título: Las doradas manzanas del sol
Autor: Ray Bradbury
Editorial: Puck
Fecha: December 25, 2019
Tamaño: 0.76MB
idioma en Inglés
ISBN / ASIN: 9500470047
Literatura: Aventura Libros
Páginas: 389
El formato de descarga: epub y pdf

Leer el primer capítulo:

La sirena
que hay en el agua helada, lejos de la costa, esperábamos la llegada de cada noche
La niebla y la niebla fueron y aceitábamos bronce máquinas, y encendidos los faros
nieblas en la parte superior de la torre. Como dos pájaros en el cielo gris, McDunn y me arrojaron un rayo
claro, rojo, luego blanco, luego rojo de nuevo, mirando los barcos solitarios. Y si no lo hace
tiene nuestra luz, siempre oír nuestra voz, el grito de alta y baja de la sirena, temblores visto
bajo trozos de niebla y el nerviosismo y las gaviotas de distancia como barajas de cartas lanzadas
el aire, y las olas crecieron y revestimiento de espuma.
Es una vida solitaria, pero uno se acostumbra a, ¿verdad? dijo McDunn.
Sí, he dicho. Afortunadamente, usted es un buen conversador.
Bueno, mañana vamos a ir a los bailes añadido suelo sonriendo McDunn con las niñas y
tomar la ginebra.

¿Qué opinas McDunn si voy solo?
-En los secretos del mar.
McDunn encendió su pipa. Eran las siete y cuarto de la tarde de noviembre un resfriado.
La luz se mueve en la cola doscientos direcciones y la sirena zumbaban en la parte superior del cuello
Faro. Ciento cincuenta kilómetros de costa no hay personas; sólo un camino solitario
Cruzó los campos abandonados al mar, unas estrechas tres kilómetros de agua fría, y una
Algunos barcos.
-Los secretos del mar, McDunn dijo pensativo. ¿Alguna vez pensó que el mar
Es como un copo de nieve gigante? Se mueve y crece con miles de colores y formas, siempre diferentes.
Es raro. Una noche, hace años, cuando todos los peces del mar que hay en la superficie. alguna cosa
La trajo y permanecen flotando en el agua, tales como escalofríos y vistas a la luz del faro de otoño
en ellas, rojo, blanco, rojo, blanco, yo que los ojos podían ver. Estaba congelado.
Eran como la cola de un pavo real, y permanecieron allí hasta la medianoche. Entonces, casi sin
El ruido se ha ido. Un millón de peces murieron. Pensé que tal vez, de alguna manera,
Llegaron en una peregrinación. Rara, pero pensar en lo que debe parecer como una torre, el viento levanta
Pies sobre el agua y la luz de Dios del faro y la torre, que se anuncia con una
la voz del monstruo. Nunca volvieron a los peces, pero no se puede pensar en ellos como que habían visto a Dios?
Me estremecí. Vi grandes y grises praderas marinas que se expandió a una
Parte de nada.

Oh, hay tanto en el mar. -McDunn aspirado con nerviosismo el parpadeo de la tubería.
Tenía nervioso todo el día y no le había dicho por qué. A pesar de nuestras máquinas y
Se llama submarinos, pasan diez mil siglos antes de que realmente termina pisemos bajo el agua,
su reino fabuloso, y realmente sentir miedo.
Pensar en ello allá en el año 300.000 aC. A medida que entramos con
Países cuernos y cabezas, el sistema operativo que bajo agua ya vivo, jadeante, dieciocho kilómetros
profundo, de antaño en congelado como la cola de un cometa.

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